COMENTARIO CRÍTICO
Se trata de un artículo de opinión escrito por Amador Rivera
que apareció publicado en El Periódico
Extremadura el día 28 de marzo de 2012.
La intención del autor es mostrar su indignación con
respecto a la tragedia de los niños robados y pedir que se le dé más
importancia.
No estoy de acuerdo con el autor en que no se le está dando
a este asunto toda la importancia tiene pues, hasta hace poco tiempo, se podían
ver diariamente en televisión casos de niños robados. Incluso algunos padres
acudieron a programas televisivos para encontrar a sus hijos y se han hecho
varias series sobre ello. A partir del año 2008 se produjo un auténtico boom de
búsquedas. Aunque es verdad que ahora que ha muerto sor María se han archivado
provisionalmente las dos denuncias de niños robados de las que fue imputada.
También ocurre en ocasiones que los hijos guardan silencio sobre el encuentro
con sus progenitores por miedo a que sus padres adoptivos puedan encontrarse
con algún problema.
Entre 1960 y 1990 se produjeron en España dos millones de
adopciones anónimas. No entiendo como alguien puede arrebatar a un niño de los
brazos de sus padres por dinero y, menos aún, como puede hacerlo una monja, que
supuestamente tiene que cumplir los Diez Mandamientos, entre los cuales se
encuentra el de no robarás. Yo pienso que quien lo hace es un inmoral, una
persona sin sentimientos que sólo es movida por la avaricia. Y quienes reciben
a esos niños robados son tan culpables como los que los roban. Estas personas
se justifican diciendo que lo que hacían era ayudar a otras personas. No sé si
se dan cuenta de que no ayudan sino que perjudican a las familias afectadas por
los robos y a sí mismos, pues se convierten en partícipes de un delito.
Pero también hay adoptantes a los que les dijeron cosas como
que la madre del niño era soltera, que no podía cuidarle, que lo cedía en
adopción, que sólo había que pagar una cantidad por los gastos médicos…y no
sospecharon nada. A la mayoría de las familias afectadas, les dijeron después
del parto que su hijo había muerto y se negaron a enseñarle el cadáver o les
enseñaron el cadáver de otro niño.
Se estima que en España hay la sorprendente cantidad de
entre 200.000 y 300.000 niños robados desde la época del franquismo. Cerca de
300 personas han presentado denuncia ante los tribunales pero sus demandas han
sido desestimadas porque son delitos que tienen más de 40 años. Pero la
desaparición de personas no prescribe hasta que éstas aparecen y el daño que
sufren los afectados es permanente.
A un hombre de 38 años le cambió la vida cuando su amigo de
la infancia le contó que su padre, antes de morir, le confesó que los dos
fueron comprados por 200.00 pesetas en un hospital en Zaragoza. Desde que se
enteró de la noticia, vive con la sensación de estar secuestrado.
En España hay una plataforma de apoyo jurídico y psicológico
formada por familias afectadas por el robo de sus hijos que ha conseguido el
reencuentro entre varias familias. Iniciativas como esta me parecen una buena
terapia para los afectados pues pueden compartir sus experiencias con otros en
situaciones familiares y también es un modo de hacerse oír.
En conclusión, espero que muchas familias que fueron
separadas puedan reencontrarse y que los que las separaron paguen por ello.
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