Las corridas
de toros se han expuesto en muchísimas ocasiones como arte o tradición, pero
¿es realmente un arte cuando se crea matando a un ser vivo que sufre en el
proceso?
24 horas antes de entrar en la arena, el toro
ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los
gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras. También
se le han recortado los cuernos para proteger al torero.
Lo golpean en los testículos y los riñones. Le
inducen diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió. Todo esto es con el fin
de que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le coloca grasa en los
ojos para dificultar su visión y en las patas se le pone una sustancia que le
produce ardor y le impide mantenerse quieto.
Le clava en la espalda la puya, una lanza que
destroza músculos (trapecio, romboideo, espinoso, serratos, transversos del
cuello, etc.).
Las banderillas aseguran que la hemorragia
siga. Se intenta colocarlas justo en el mismo sitio ya dañado con los ganchos
de metal. El gancho se mueve dentro de la herida con cada movimiento del toro y
con el roce de la muleta, el peso de las banderillas tiene precisamente esa
función. Las banderillas prolongan el desgarre y ahondamiento de las heridas
internas.
La pérdida de sangre y las heridas en la espina
dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal y es ahí cuando el torero puede acercarse para
dar la estocada final. El toro es
atravesado con una espada de 80 cm, que puede destrozarle el corazón, el
hígado, los pulmones, la pleura, etc., según el lugar por el que penetre en el
cuerpo del animal. De hecho,
cuando destroza la arteria aorta, el toro agoniza con enormes vómitos de
sangre. El animal, en un intento
desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y por su gran memoria suele
encaminarse hacia la puerta por la que entró (puerta de chiqueros), buscando
una salida para huir de tanto maltrato y dolor. Es entonces que lo apuñalan en
la nuca con el descabello, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10
cm. con tope.
Después
que le destrozan las vértebras, el toro pierde control sobre su cuerpo desde el
cuello hacia abajo, sin embargo hacia arriba se mantiene intacto, por lo que
está consciente de cómo es arrastrado fuera del ruedo. Es decir, en ciertas ocasiones, el
toro sigue vivo cuando le cortan las orejas, el rabo y es arrastrado.
Y no sólo el
toro es el único animal que sufre. Los caballos de los picadores se
eligen de entre caballos que ya no tienen valor comercial, porque el animal muere en 3 ó 4 corridas a lo
mucho. Es muy habitual que el animal sufra quebraduras múltiples de costillas o
destripamientos. Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en
realidad se trata de que el público no vea las heridas al caballo que con
frecuencia presentan exposición de vísceras.
Hay gente que
defiende las corridas de toro ya que son una fuente de ingresos que atrae a
parte del turismo. Y que si se prohibiesen estas, mucha gente entraría en paro
y el toro se dejaría de criar ya que perdería su valor.
-¿Cuál es tu
postura?
-¿Crees que
el toro sufre realmente?
-¿Crees que
el toro perdería realmente su utilidad?