Voy a
comentar el artículo periodístico “En la Declaración de los Derecho Humanos
falta uno” del diario Noticias de Navarra, escrito por F.L. Chivite y publicado
el miércoles 15 de enero de 2014.
La intención
del autor es hacernos ver que la mayoría de los suicidios se producen porque la
persona no tiene a su disposición la eutanasia y que por lo tanto, no solo
admitir el derecho a la muerte asistida a los D.D.H.H., sino hacerla legal en
España.
Para mí no
hay diferencia entre el suicidio y la muerte asistida; en ambos casos se decide
poner fin a la vida voluntariamente salvo que en el primero suele hacerlo uno
mismo con los medios que están a su alcance (normalmente recursos dolorosos) y
en el otro se recibe ayuda y se muere de manera indolora.
Soy fiel
creyente de que existen dos tipos de suicidio: el de los débiles y el de los
¿sabios?, ¿fuertes?, ¿honorables? No creo que ninguna palabra se ajuste al
concepto que quiero expresar.
El de los
débiles sería aquel en el que el individuo decide quitarse la vida porque ve
que sus problemas le superan y no puede ver más allá de la negatividad de sus
pensamientos, siempre hay esperanza. La vida es un regalo en el cual hay que
sufrir para disfrutar, y que si te ahogas en ese sufrimiento y no disfrutas de
los pequeños placeres, nunca llegarás a ser feliz.
La segunda
clasificación de suicidios sería donde encontraríamos a aquellos que deciden
dar su vida por amor a sus principios, aunque en ocasiones la finalidad no sea
tan buena (como por ejemplo los hombres bomba, en los cuales veo una acto de
pasión y digo de admiración aunque la finalidad me sea escandalosamente
horrible) y a esas personas que saben que su vida va a acabar y en lugar de
sufrir esa agonía, optan por el suicidio o la muerte asistida.
Creo que en
España se deberían de crear centros de muerte asistida, puesto que si alguien
decide abandonar el mundo, debería de ser de la forma más eficaz e indolora
existente.
En último
lugar, decir que el suicidio sigue siendo un tabú porque aquellos que lo hacen
suelen diagnosticarle algún tipo de enfermedad mental o lo hacen con mala intención.
Si las personas que se suicidasen tuviesen una mente clínicamente sana o se
quitasen la vida por un motivo puramente altruista, el momento de poner punto y
final no estaría tan mal visto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario